sábado, 10 de septiembre de 2016

del limbo > Robert Walser por Vanesa Guerra

Del limbo




Las criaturas de Robert Walser habitan el limbo, sufren el peor de los castigos, permanecen para siempre perdidas, fuera de la salvación o de la maldición, tomadas por la felicidad de lo que ignoran: ignoran el hombre, dios, la ley, el destino; por eso se los ve pasar con una alegría impasible. En estas ideas discurría Giorgio Agamben, en Berlín, 2005.
Walser, extasiado, se sostiene fuera de la gracia de dios, de ese que está con los que no piensan -concluye en el Jakob von Gunten cuando el Instituto Benjamenta para jóvenes pupilos se cae a pedazos. Walser y su obra son un repentino ánimo, un modo fugitivo de estar en el mundo que nos recuerda a un equilibrista, y aún, a un equilibrista aprendiz en el fulgor de un placer que se obtiene instantes antes de caer, cuando el cuerpo es un espasmo y un sostén. Allí se entrega todo, no importa a cuántos centímetros se eleve la cuerda de la tierra, debajo siempre hay un abismo. Habrá que convertirse en cuerda, en los movimientos de la cuerda y del cuerpo; pero el aprendiz todavía diferencia el cuerpo de la cuerda, por eso, la experiencia es distinta. El principiante, cuando deje de serlo, añorará una forma del placer que ha perdido, pero habrá ganado otra, que no suplanta aquello que le ocurría -extasiado- un instante antes de caer. Walser es ese aprendiz y a eso se aplica, él no desea devenir gran equilibrista que recorre la cuerda sin resbalarse. Él quiere ser un cuerpo-cuerda que desborde el instante para caer en el abismo y disolverse. Se trata del instante, se trata del momento de la felicidad errática acariciando las palmas de los pies: Te tengo, te me escapas, te tengo, te me escapas. En la cuerda de sus tramas hay que sostenerse, darlo todo, quitar la cabeza de las sombras de la memoria, ser sin historia, a puro presente, pleno, ignoto, sin atributo, ser ahí, en esa posibilidad única e irrepetible de la existencia. Sentir la existencia, (él y sus criaturas la sienten) ¡pero qué cuerpo tan pequeño tienes! La existencia no entra en el Yo; Yo: que cuerpo tan pequeño tienes, y qué existencia arrobadora es ésa, la del árbol, la del tren que silba y pasa, y la nube que transcurre, y el globo que despega para perderse en el cielo berlinés que disemina callejuelas floreadas anteriores a la guerra. ¡Hay que salirse del Yo para abismarse en tales existencias!
¿Dónde habita Walser?
en nunca menos de 17 casas multiplicadas por otra fabulosa cifra en apenas un par de años replicadas por la cantidad de años que hay entre 1878 y 1956.
Walser no habita casas, habitar significa otra cosa, y aunque haya alquilado tan variadas habitaciones, buhardillas, ventanas, escritorios, floreros, mesas, tazas, salchichas, en tantos lugares cercanos a Biel, Berna, Basilea, Stuttgard, Berlín,Zürich, Thun, Munich, Leipzig, Ginebra, Waldau, Herisau más el mapa irreproducible de laberínticas corazonadas a pata de perro, pues no; no son las casas, ni las cosas, lo que habita. Walser habita en caminos y los caminos le habitan. Es un andariego más que un peregrino, un pata de perro; anda enloquecido por la noche bajo la luna, por la noche en la maraña del bosque, por el bosque en la maraña de un poema sin bosquejo, que no llega, que le espera, que camina en otro lado, a su costado o le sigue dolido y enfriado y le anda olfateando los pies de antemano, las pisadas en la nieve que aún no dio, pues ahora el poema va adelante y le va rumbeando un faldeo cercano a los Alpes y le espera a la puerta de una taberna festiva lúgubre en mitad de un antiguo camino a Santiago de Compostela y le reencuentra por la mañana con lluvia con nieve con sol, de sombrero y con paraguas, pelerina, gabardina, corbatita raída, chaleco abotonado, libre de botón superior, zoquetes zurcidos tantas veces como pasos que habrá dado, más uno de los dos trajes de siempre. Robert Otto Walser pues este es de hecho mi nombre completo, escribe a Max Rychner, editor a quien admira por su valor para arruinar mis esperanzas y… le añado ¡estoy hundido!, y sigo a la espera de la suma reducida, muy rebajada, privada de su buena mitad, todavía por suerte con mucho gusto, saludándolo cortésmente como…
nada de plata ¿Cuántos objetos tuvo Walser en su vida? ni libros propios, pero le acompaña esa maletita, unas pantuflas que confeccionó con retazos, al tiempo que una distinción que deja estela y que ha nacido con él y con él se quedará hasta el último día. ¿Qué hace con las experiencias? ¿las cosifica? las evapora, las esfuma, las deshace, las pulveriza, y en las caminatas por sus pensamientos o en los paseos por la lengua, el lector va de prisa con Walser haciendo ese raro equilibrio hasta dejar caer el Yo que todo lo organiza y entonces los personajes van y van y nada se ancla porque todo cae y cae en franca deriva y es un limbo de felicidad.
Corridos apenas de estas novelas deliciosas: Jacob…, Los hermanos Tanner, El ayudante, el resto de Walser es imposible de experimentar con un precario Yo tan organizado y ajustado para este mundo; Walser no es de este tiempo, ni del suyo, ni de ningún tiempo, porque el tiempo Walser es parecido al tiempo-espacio que existe entre Aquiles y la tortuga, cuando lo explica Borges, en vez de Zenón, pues es un tiempo imposible, de no pasaje, que urde caídas en lo infinito.
Así el tiempo Walser y la lengua Walser es una sucesión de supernovas, no construye historias, las estalla en el aquí y el ahora y todo se vuelve presente, presente del relato y presente del autor que emerge por algún agujero negro y avisa (se avisa y nos avisa) ¡que tiene hambre! y que hace días que no come ni pan ni salchichas, que la camarera es hermosa y la ama, como ama a ese tren que fuma en las colinas. Por eso Walser atraviesa como atraviesa el viento, como atraviesa un alma en la calle, una que llega del limbo extraviada y distraída, raptada por el brillo de lo que le ha embriagado y reciénvenida susurra con su lengua de otro mundo algo que nos hace cosquillas en el ombligo de la palabra.



el siguiente texto pertenece a  Walser Traductor del Limbo
Vanesa Guerra
Editorial Bajo la Luna, (2017)  >>>>>>>>>>>>
Presentación > 8 de setiembre 2017, en RunRun 19hs 
Aguirre 458, CABA , Argentina
todxs invitadxs
https://www.facebook.com/runrunlibros/



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